sábado, 13 de agosto de 2011

Luces, cámara...ORA-ACCIÓN!

Cuando oramos por la salvación de un amigo, pariente o por nuestro crecimiento espiritual, muchas veces nos cruzamos de brazos y esperamos que sea el Señor quien obre, y porsupuesto, cuando no pasa nada con ese amigo o pariente, o cuando en lugar de crecer nos apartamos de Él, no entendemos NADA.

NADA es precisamente en lo que no debemos caer después de una oración, la Oración debe ser antesala  y compañera de la Acción, cuando el Señor nos dice antes de partir, "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las *naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo..."(Mateo 28:19), se refería literalmente a ir, moverse, entendiendo que en aquella época como en la actual existen lugares ideológicamente inaccesibles pues han sido cautivados por el enemigo, es ahí donde la oración ocupa un lugar protagónico, porque sólo previa oración de entrega al Señor, él obra, abriendo puertas, tocando corazones, dando provisión, etc.
"Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre" (Mateo 7:7-12)
Este versículo también llama a la acción, infinidad de veces he oído peticiones de parte de hermanos pidiendo trabajo, pero si les preguntas ¿Cuántos curriculums ha dejado esta semana? te dice que ninguno, haber si nos aclaramos, el Señor QUIERE ayudarnos, abrirnos puertas, tanto a nivel humano como espiritual, pero si NO buscamos, tocamos, llamamos, NO HAY FORMA.

Como testimonio personal puedo compartirles que estas últimas semanas me ví algo alejada del Señor, me costaba orar, y cuando lo hacía procuraba ser lo más breve posible, algo similar sucedía al momento de escudriñar la palabra y fue ahi donde el Señor me permitió entender la importancia de la ORACCIÓN, ¿Cómo pensamos crecer espiritualmente, enamorarte de él, conocer más de él si no buscamos, si no damos ese paso de fe, leyendo, invocando, orando, congregando? Al dar ese paso de fe, es cuando el Señor obra, colocando una necesidad genuina, un gran anhelo por él en nuestro corazón, "...pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad" (Filipenses 2:13). Y en consecuencia un verdadero interés por las cosas del reino,"...Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas" (Mateo 6:33).


Un abrazo a todos,

H.




No hay comentarios:

Publicar un comentario