martes, 24 de mayo de 2011

¿Quién dijo que tomar decisiones era fácil?

¿Qué hago?, ¿a donde voy?, ¿qué tengo que hacer?, ¿lo hago o no lo hago?, ¿voy o no voy?. Crecemos con el anhelo de algún día dejar de hacer lo que nuestros padres deciden por nosotros y esperamos expectantes el día en que podamos tomar nuestras propias decisiones, sin embargo, cuando ese día llega... ¡Qué difícil! más aún si dejamos fuera de ese importante momento la sabiduría y dirección de Dios.

Hoy me gustaría compartir un par de versículos que me han bendecido muchísimo en momentos críticos como esos, el Señor me los dió hace poco más de un año, pero ya saben que la palabra nunca pierde vigencia. Estas últimas semanas he estado experimentando una situación que no es nada nueva, "tomar decisiones", de hecho ya la he tenido que vivir unas cuantas veces, sin embargo, siempre es como si fuese la primera vez.

La incertidumbre es uno de los peores sentimientos que suele atravesarse en el camino de un creyente, ¿Porqué?, porque si demostramos hospitalidad con ella, esta con el tiempo se convierte en duda, dudas sobre la voluntad y el propósito que el Señor tiene para nuestras vidas.
La duda opaca por completo a la fe y la palabra dice que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Los siguientes versículos nos pueden ayudar a reforzar esa fe y confianza depositada en el Señor que no debemos descuidar. Veámos lo que nos dice Dios en su palabra:

Salmos 32:8 "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos"


No sólo no estas solo(a), sino que además el Señor te dice que te enseñará y mostrará el camino a recorrer. Desecha a través de una sencilla oración toda preocupación sobre el camino a seguir, la decisión a tomar y descansa en el Señor, él te dirá que hacer, que decidir, que decir, sólo descansa y escucha atento a su voz. Mientra tanto, y con la finalidad de afinar ese oído espiritual, acércate aún más a Él.

¿Cómo?
A través de la oración, dialoga con él, confiándole tus pensamientos más íntimos, tus inquietudes, tus anhelos, como si de tu padre se tratara, con confianza y sinceridad. Te recomiendo también, que no dejes de escudriñar la palabra, no basta con leerla, sino escudriñarla (indagar, revisar, examinar) no olvidemos que a través de ella el Señor también nos habla, instruye y provee de sabiduría, sabiduría necesaria para tomar decisiones y dar pasos conforme a su corazón y su voluntad.

Isaías 41: 10 "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia."


¡Que nadie nos haga dudar nunca de esta gran verdad! Si lo dice la palabra, entonces es cierto, porque el Dios en que creemos no es padre de mentira, el que miente es otro y sabemos perfectamente quien.
La palabra dice en el antiguo testamento que cuando el pueblo de Israel cruzó el Jordán para tomar la tierra de Jericó, los habitantes de esas tierras, les temían, a causa de las grandes victorias y milagros dados a los israelitas por el Señor!, temían al gran Dios de Israel! ese mismo Dios es quien nos dice: "No temas, porque yo estoy contigo", quizá hasta aqui no tengamos la certeza del camino a seguir, pero de lo que si podemos estar seguros es que cual fuere ese camino, estaremos muy bien acompañados y con una victoria asegurada.

Ánimo y descansa en el Señor,

H.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por esta reflexión hermana. Me ha alentado. Bendiciones!

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