viernes, 10 de agosto de 2012

Mi felicidad tiene nombre, Cristo.

La felicidad en realidad es como la belleza, 100% subjetiva, para algunos la felicidad se encuentra en cosas materiales, para otros en momentos, y para otros en personas. Cierra los ojos por un momento y responde no sin antes reflexionar por unos breves instantes :
 ¿Dónde se encuentra la tuya?


"Cosas Materiales"
Mientra coloquemos nuestra felicidad a los pies de lo material, nuestra felicidad será siempre inconstante, por una sencilla razón: lo uno y lo otro no sintonizan, provienen de una naturaleza distinta, todo lo material que nos rodea cumple un ciclo, lo que hace que sea temporal, siempre tendrá un principio y un fin, sin embargo la felicidad no, la felicidad debería ser constante y nunca estar en función de nada.

"Momentos"
Seré feliz cuando: "Me gradúe, cuando lleguen las vacaciones de verano, cuando me haya casado, cuando tenga un hijo, cuando me promuevan..."
Si si, todos esos son momentos muy bonitos que a más de uno le iluminaría el rostro de alegría, pero ¿y si ese momento nunca llega o tarda en hacerlo? ¿cómo te vas a sentir hasta entonces? 

"Personas"
Las personas somos al final del día seres humanos, sólo eso, siempre propensos a cometer muchos errores, voluntarios o involuntarios da igual, pero errores al fin y al cabo. Es por eso que poner nuestra felicidad en manos de una persona que en cualquier momento nos puede herir, decepcionar o faltar, es uno de los peores errores que podemos cometer y sin embargo es uno de los más cometidos.

"La felicidad está dentro, no fuera"
La felicidad es consecuencia de dos cosas,  paz y agradecimiento, la provisión de ambas llega gracias a la presencia del Señor en nuestras vidas, la paz y el sosiego llegan cuando empezamos a confiar nuestra vida, nuestro día a día a El, dejándolo todo en sus manos, con la sincera convicción de que todo será para bien y para bendición. Por supuesto también no olvidar el agradecimiento por los detalles, las pequeñas cosas, momentos y personas.
...Y el que confía en Jehová es bienaventurado.
Proverbios 16: 20

"Testimonio"
La semana pasada vi una película cristiana donde un padre de familia perdía a una hija de 9 años en un accidente de tráfico, al principio (y como era de suponerse) dolido, confundido, no asimilaba la pérdida, no entendía muchas cosas, sin embargo, con el paso del tiempo comprendió que su estado de ánimo afectaba a su esposa y a su hijo. Es ahí cuando él tiene que hacer frente a una decisión: vivir infeliz y amargado o agradecido y en paz, sabiamente decide no albergar rencor por haber perdido a su hija, sino que empieza a sentirse agracedecido por el regalo de haberla tenido y haber disfrutado de ella durante 9 maravillosos años.

A veces, no nos damos cuenta que nuestra felicidad o infelicidad se reduce a una cuestión de percepción y me incluyo. Debo reconocer que, mi felicidad hasta no hace mucho pernoctaba entre lo material, lo momentáneo y las personas. La variación entre una y otra se daba de la siguiente manera: cuando no conseguía una, pasaba a la siguiente y así sucesivamente hasta culminar un ciclo. Cuando este ciclo acababa, la frustración llegaba de la mano de la depresión, ambas, a la velocidad de la luz porsupuesto.

Gracias a Dios estoy en el proceso de dejar que sea Él lo material, momentáneo y personal en mi vida, les adelanto que no es fácil pero merece la pena.


Bendito el varón que confía en Jehová,
y cuya confianza es Jehová.
Porque será como árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces,
y no verá cuando viene el calor,
sino que su hoja estará verde;
y en el año de sequía no se fatigará,
ni dejará de dar fruto.
Jeremías 17: 7-8
H.